Dejando a un lado la temida burocracia, los investigadores invertimos gran parte de nuestro tiempo en leer. Leemos artículos científicos, monografías, capítulos, ensayos, notas de prensa, reseñas, informes, memorias, proyectos, fuentes primarias de todo tipo… Con tanta lectura, deberíamos manejar a la perfección la ortotipografía. Sin embargo, hay cuestiones que se nos resisten y errores que se repiten de forma sistemática en nuestros textos.
Este es el caso de las referencias de tiempo. Como (proto)historiadora, muchas de mis lecturas están plagadas de fechas antes y después de Cristo. También suelo encontrarme otras expresiones, como antes de nuestra era o antes de la era vulgar. No obstante, por ahorro de tiempo y espacio para el que escribe, estos sintagmas se abrevian… y es entonces cuando empiezan a aparecer los problemas.
Antes y después de Cristo
Los sintagmas antes de Cristo y después de Cristo se utilizan para referirse a los años, siglos o milenios anteriores o posteriores a la era cristiana, periodo que empieza con el nacimiento de Jesucristo. Debido a la enorme influencia del cristianismo en el mundo occidental, esta convención es la más extendida en muchos países y su uso está plenamente implantado en el ámbito científico.
Como cualquier expresión compleja, para escribir sus abreviaturas se aplican las reglas ortográficas de nuestra lengua, por lo que las letras que representan cada palabra deben cerrarse con un punto y siempre —¡siempre!— tienen que separarse mediante un espacio. Por tanto, las formas correctas de abreviar antes y después de Cristo son las siguientes:
a. C. (“antes de Cristo”) | d. C. (“después de Cristo) |
a. de C. (“antes de Cristo”) | d. de C. (“después de Cristo”) |
a. de J. C. (“antes de Jesucristo”) | d. de J. C. (“después de Jesucristo”) |
a. J. C. (“antes de Jesucristo”) | d. J. C. (“después de Jesucristo”) |
Por tanto, son incorrectas todas aquellas abreviaturas que no llevan punto o espacio, como adC, a.C., a.J.C., a. d. C., a.d.C. o a.d.J.C.
Expresiones alternativas
Hoy en día es cada vez más habitual encontrar otras expresiones para registrar el tiempo. Entre estas podemos encontrar antes de la era común y era común, frente a antes de Cristo y después de Cristo, respectivamente. También se utilizan otros sintagmas, como nuestra era o era vulgar. Estas expresiones van ganando terreno en el ámbito científico y son muchos los académicos laicos o seguidores de otras confesiones que prefieren utilizarlas, ya que antes y después de Cristo poseen un fuerte matiz religioso.
Al igual que en el caso anterior, las abreviaturas de estas expresiones siempre tienen que separarse mediante un espacio:
a. e. c. (“antes de la era común”) | e. c. (“era común”) |
a. n. e. (“antes de nuestra era”) | n. e. (“nuestra era”) |
a. e. v. (“antes de la era vulgar”) | e. v. (“era vulgar”) |
No obstante, también pueden utilizarse los acrónimos ANE (“antes de nuestra era”) y NE (“nuestra era”). Este sistema nos recuerda a las formas inglesas, before Christ (BC) y anno Domini (AD), o before the common era (BCE) y common era (CE).
El tiempo en las disciplinas científicas
En los textos de arqueología, geología y otras disciplinas científicas, suele utilizarse la expresión antes del presente. Este sintagma se adoptó para estandarizar a escala global la forma en la que datamos un evento del pasado, debido a la gran cantidad de fechas y calendarios que se utilizan hoy en día. Por ello, utilizando la datación por radiocarbono, se estableció el año 1950 del calendario gregoriano como origen de la nueva escala temporal. Así, cuando hablamos de 2000 años antes del presente, estamos hablando realmente de 2000 años antes de 1950, por tanto, del año 50 a. C. Cuando usamos esta expresión, lo más habitual es emplear la sigla AP, por tanto sin puntos ni espacios. En inglés, before present (BP).
En este repaso a los sistemas de datación no podemos olvidarnos de las fechas calibradas. Se ha demostrado que la datación radiocarbónica es un método inexacto, ya que la concentración de carbono 14 en la atmósfera ha variado a lo largo del tiempo. Por tanto, las fechas obtenidas con este sistema deben ser corregidas o calibradas. Cuando queremos reflejar que estamos hablando de fechas calibradas, debemos incluir la abreviatura cal. antes de la referencia AP. Por inferencia del inglés, solemos escribirla sin punto (cal BP) e incluso con mayúscula inicial (Cal AP) pero, como hemos visto, todas las abreviaturas deben cerrarse con un punto. Por tanto, la forma correcta de registrar las fechas calibradas es la siguiente: 2000 cal. AP (en años radiocarbónicos) o 50 cal. a. C. (en años calendáricos reales).